
(Inspirado en El Susurro de los Ángeles)
Tal vez la magia nunca se fue. Solo dejamos de buscarla.
Cuando éramos niños, la magia estaba en todas partes: en una oración, en un susurro, en una mirada al cielo. Pero al crecer, empezamos a llamarla “fantasía”, y la enterramos debajo de la rutina, el cansancio y la razón.
Pero yo creo que la magia sigue ahí.
En una frase que llega justo cuando la necesitas.
En un abrazo que cura sin palabras.
En la fe de un niño que ora por el mundo entero.
Pablo, el protagonista de El Susurro de los Ángeles, no es un héroe de cuentos. Es un niño real, como tantos, que elige creer. Que elige esperar. Que elige no olvidar que hay luz incluso en la guerra.
Tal vez la magia no se ha ido. Tal vez solo necesita que la miremos con ojos nuevos.
¿Y tú? ¿Dónde viste magia por última vez?
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