Ese deseo que llevas años esperando…
Esa oración que parece que el cielo olvidó…
Esa promesa que se siente lejana…
No están perdidas.
Están siendo preparadas.
Dios no trabaja con nuestro reloj, pero sí con nuestro corazón.
Él no se retrasa, Él fortalece.
Tú no estás tarde.
Estás en proceso.
Y aunque no lo veas aún, estás justo a tiempo.
No dejes de creer.
Lo que es para ti, no llegará ni un minuto después.

Add comment
Comments